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Mostrando entradas de septiembre, 2022

El lobo con piel de oveja

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  Un lobo hambriento caminaba por el bosque buscando algo para comer. Cuando ya no podía más, se sentó y fue cuando tuvo una idea. Pensó: - Si como lobo no puedo agarrar ni una sola presa, entonces cambiaré mi apariencia y con el engaño podré comer. Y así fue lo que hizo el lobo para obtener su comida. Se metió en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor.  Pero su plan no ha salido como él esperaba. Al atardecer, para su sorpresa, el lobo disfrazado de oveja fue llevado junto a las demás ovejas a un encierro, quedando la puerta asegurada. En la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante. Moraleja:  Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño. preguntas de comprensión del texto para los niños. 1. ¿Qué hacía el lobo caminando por el bosque? 2. ¿Qué idea tuvo el lobo para conseguir comida? 3. ¿El plan del lobo salió como él lo e...

El cuervo y el zorro

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  Estaba un   cuervo   posado en un árbol y tenía en el pico un queso. Atraído por el aroma, un zorro que pasaba por ahí le dijo: -¡Buenos días, señor Cuervo! ¡Qué bello plumaje tienes! Si el canto corresponde a la pluma, tu tienes que ser el Ave Fénix. Al oír esto el cuervo, se sintió muy halagado y lleno de gozo, y para hacer alarde de su magnífica voz, abrió el pico para cantar, y así dejo caer el queso. El  zorro  rápidamente lo tomó en el aire y le dijo: - Aprenda, señor cuervo, que el adulador vive siempre a costa del que lo escucha y presta atención a sus dichos; la lección es provechosa, bien vale un queso. Moraleja:   No se debe dar crédito a palabras aduladoras que se hacen por interés.

La rana sorda

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  Esto era un grupo de  pequeñas ranas  que atravesaban juntas un bosque. Pero de pronto, dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de ranas, se asomaron para mirarla, rodeando el agujero. Rápidamente se dieron cuenta de que el agujero era muy profundo. Sus compañeras saltaban y saltaban, pero no podían alcanzar la orilla. Las ranas comenzaron a cuchichear entre sí. Todas daban por muertas a las dos ranas, ya que no veían posible que pudieran dar un salto tan alto como para salir del agujero. Así que comenzaron a gritar a las ranas que no podían hacer nada, que no podrían salir de allí. ¡Dejadlo, no lo conseguiréis! - gritaban las ranas desde la orilla. Pero las dos ranas continuaban saltando sin parar, ignorando los gritos de sus compañeras, que no dejaban de decirlas que iban a morir igualmente a pesar de  sus esfuerzos . - ¡No lo intentéis más! - gritaban las ranas - ¡No lo conseguiréis! Las ranas les llegaron a insinuar a sus dos compañeras que no g...

La zorra y las uvas

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  En una mañana de otoño, mientras una zorra descansaba debajo de una plantación de uvas,  vio unos hermosos racimos de uvas ya maduras , colgando delante de sus ojos. Deseosa de  comer algo refrescante  y distinto de lo que estaba acostumbrada, la zorra se levantó, se remangó y se puso manos a la obra para comer las uvas. Lo que la zorra no sabía es que  los racimos de uvas estaban mucho más altos de lo que ella imaginaba . Entonces, buscó un medio para alcanzarlos.  Saltó, saltó, pero sus dedos no conseguían ni tocarlos . Había muchas uvas, pero la zorra no podía alcanzarlas. Tomó carrera y saltó otra vez, pero el salto quedó corto. Aún así, la zorra no se dio por vencida. Tomó carrera otra vez y volvió a saltar y nada.  Las uvas   parecían estar cada vez más altas y lejanas . Cansada por el esfuerzo y sintiéndose incapaz de alcanzar las uvas,  la zorra se convenció de que era inútil repetir el intento . Las uvas estaban demasiado altas y l...

El caballo y el asno

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  Un caballo y un asno vivían en una granja y compartían, durante años, el mismo establo, comida y trabajo que consistía en llevar fardos de heno al mercado de la ciudad. Todos los días practicaban la misma rutina y seguían por una carretera de tierra llevados por su   dueño hasta la ciudad. Un día, sin darse cuenta, el dueño puso más carga a la esp alda del asno que a la espalda del caballo. En las primeras horas nadie se dio cuenta del error del dueño, pero con el pasar del tiempo, el asno empezó a sentirse muy cansado y agotado. El asno empezó a sudar, a sentirse mareado, y sus patas empezaban a temblar. Cuando el asno ya no podía más, se paró y pidió a su amigo caballo: - Amigo, creo que nuestro dueño se equivocó y puso más carga a mi espalda que en la tuya. Estoy agotado y ya no puedo seguir, ¿será que podrías ayudarme a llevar algo de mi carga? El caballo haciéndose el  sordo  no dijo nada al asno. Le miró y siguió por la carretera como si nada hubiera pasado. ...

El gato y el ratón

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  Un búho, una comadreja, un gato y   un ratoncito,   vivían en distintos lugares de un tronco seco. Aunque eran enemigos naturales, y desconfiaban uno del otro, ninguno dejaba su refugio. El dueño del campo, un día decidió eliminarlos, colocó trampas y una red en la base del tronco. El primero en caer, fue el gato, que al verse en peligro comenzó a gritar. Al escuchar el ratón se alegro, porque de esta manera se libraba de su enemigo, pero el  gato  le dijo: - Si yo muero quedaras a merced del búho y de la comadreja, que quieren más que yo que seas su alimento, pero si me ayudas, en gratitud te compensare protegiéndote. El ratoncito liberó al gato, y huyeron del lugar. Pasado el tiempo, el gato se dio cuenta que el ratón aun le temía, así que le dijo: - ¿Piensas que he olvidado mi promesa, cuando me salvaste de la trampa? -¡ No! - dijo el ratoncito -, pero tampoco olvido tu instinto, ni en qué circunstancias has hecho la promesa. Moraleja : Jamás confiemos en ...

La paloma y la hormiga

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  Casi muriéndose de  sed , una hormiga bajó corriendo a un arroyo y arrastrada por la corriente,   se encontró a punto de morir ahogada . Una paloma que se encontraba en una rama cercana observó la emergencia; desprendiendo del árbol una ramita, la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga y la salvó. La hormiga, muy agradecida, aseguró a su nueva am iga que si tenía ocasión le devolvería el favor,  aunque siendo tan pequeña no sabía cómo podría serle útil a la paloma. Al poco tiempo, un cazador de pájaros se alistó para cazar a la paloma. La hormiga, que se encontraba cerca, al ver la emergencia lo picó en el talón haciéndole soltar su arma. El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el vuelo, y así la hormiga pudo devolver el favor a  su amiga .

La liebre y la tortuga

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  En el mundo de los animales vivía   una liebre muy orgullosa y vanidosa , que no cesaba de pregonar que ella era el animal más veloz del bosque, y que se pasaba el día burlándose de la lentitud de la tortuga. - ¡Eh,  tortuga , no corras tanto! Decía la liebre riéndose de la tortuga. Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre: -  Liebre , ¿vamos hacer una carrera? Estoy segura de poder ganarte.  - ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre. - Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la carrera. La liebre, muy engreída, aceptó la apuesta prontamente. Así que todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho ha sido el responsable de señalizar los puntos de partida y de llegada. Y así empezó la carrera: Astuta y muy confiada en sí misma, la liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo y envuelta en una nube de polvo. Cuando empezó a andar, la liebre ya se había perdid...

El asno y el lobo

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ESTABA UN ASNO COJO DANDO UN PASEO POR EL CAMPO, CUANDO VIÓ QUE UN LOBO HAMBRIENTO LE SEGUÍA. SE SENTO A LA SOMBRA, ESPERANDO A QUE LLEGASE EL LOBO.   - ¡CUÁNTO TIEMPO ME ALEGRO DE VERTE! -LE DIJO-, ES QUE TENGO UNA ASTILLA CLAVADA. ¿SERÍA TAN AMABLE DE QUITÁRMELA? EL ASNO INSISTIÓ EN QUE LE DÓLÍA MUCHO LA PATA Y EN QUE CONFIABA EN SU HABILIDAD PARA SACÁRSELA.   NO MUY CONVENCIDO, EL LOBO SE ACERCÓ A MIRARLE LA PEZUÑA Y ...¡ZAS!, EL ASNO LE DIÓ UNA FUERTE COZ AL LOBO, DEJÁNDOLO COMPLETAMENTE ATURDIDO. DOLORIDO, EL LOBO NO SE EXPLICABA CÓMO SE HABÍA DEJADO ENGAÑAR POR UN SIMPLE ASNO COJO. SEMEJANTE BURLA ¡LE DEJO TOTALMENTE DESARMADO!   Moraleja: Incluso en momentos de peligro, debemos tratar de pensar con calma y de actuar con sabiduría, tal como hizo el asno.

El pastorcito mentiroso

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Thomas se encontraba cuidando sus ovejas como de costumbre; las contaba una y otra vez para asegurarse que todo marchara bien. Pero, aburrido entre pasto y lana, se le ocurrió la idea de hacer una broma a los aldeanos. Creyéndose muy astuto, comenzó a gritar desde su rebaño: – ¡El lobo! ¡El lobo! Por favor ayúdenme… La gente del pueblo enseguida se preocupó. Velozmente dejaron sus actividades pausadas, y subieron a la colina. Al llegar, notaron que se trataba de una falsa alarma. El pequeño solo se sumergió en una pícara risa, y dijo: – ¿En verdad se lo creyeron? Solo era una broma. Todos molestos ante lo acontecido, se miraron los unos a los otros con denuedo, y volvieron a retomar sus labores. – Creo que no le enseñaron valores en su casa a este muchacho. Dijo uno de los aldeanos. Días después, Thomas volvió a decir con voz fuerte: – ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Mis ovejas corren peligro! La gente comenzó a discutir, no sabían si creerle o no. Aun así, tomaron la decisión de asomarse al rebaño. ...

El león y el ratón

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Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse   entre la melena del león, con tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al ratón entre sus garras y dijo dando un rugido: - ¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendáis la lección! El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando: - Por favor no me mates, león. Yo no  quería molestarte. Si me dejas te estaré eternamente agradecido. Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites – - ¡Ja, ja, ja! – se rió el león mirándole - Un ser tan diminuto como tú, ¿de qué forma va a ayudarme? ¡No me hagas reír!. Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su...